Inicio | Agregar a favoritos | Contactar | Mapa web
 
                    .: INTRANET CLIENTES :.
.: INTRANET TASADORES :.                  
 
 
identidad
 
contraseña
 
   
   
 
identidad
 
contraseña
 
   
   
 
 
 
La Empresa
 
Tecnología y medios
 
Valoraciones inmobiliarias
 
Solicitud de tasación
 
Atención al cliente
 
Colabora con nosotros
 
Enlaces de interés
     
   
   
[volver a noticias]
 


Cómo empezar a montarte tu propia hipoteca… para que después te cueste menos
Fecha Publicación: 09/06/2021
 
Le tienes echado el ojo a esa casa tan chula del barrio, te gustaría comprarla dentro de unos años. Pero el precio está muy lejos de tus capacidades. No sólo para meterte ahora, sino incluso para optar a una hipoteca del banco para adquirirla. ¿Nada que hacer? Al revés, estás ante el mejor momento para ponerse manos a la obra y mejorar tus condiciones de acceso futuras. ¿Cómo?

Empieza por construirte tu propia hipoteca. O, dicho de otro modo, comienza por pagarte a ti mismo las letras de tu futuro crédito, ahorrando todos los meses una cantidad fija, la más cercana posible a la cuota mensual del préstamo que tendrías que contratar. ¿Pero eso no es ahorrar sin más? Sí y no.

Desde el punto de vista técnico, sí. Básicamente, se trata de reservar todos los meses en una cuenta una parte de nuestros ingresos. El problema radica en que la mayoría de familias no ahorra de manera sistemática, sino que sólo va incrementando su cuenta con lo sobrante a final de mes después de pagar gastos fijos y nuestros consumos. Y ese lo que queda suele ser menor de lo que debería.

Curiosamente, incluso con los mismos salarios, la situación cambia cuando las personas se meten en un crédito hipotecario. De pronto, aparece un nuevo pago fijo, ineludible, que nos hace adaptar el resto de nuestros gastos mensuales. Y, como consecuencia, se genera una mejora en los hábitos de ahorro, evitando ciertos gastos que quizá no eran tan necesarios.

Si esas cuotas nos las imponemos a nosotros mismos, mejoraremos nuestras decisiones financieras desde el primer mes. ¿Cómo hacerlo? Los expertos recomiendan automatizar al máximo este ahorro, como si fuera una letra del crédito. Es decir, que todos los meses, determinado día, se ejecute ese ahorro.

Para ello, aconsejan abrir una cuenta específica, ya sea dentro de nuestro banco o en otra entidad, a la que podamos ordenar un día determinado de cada mes una transferencia periódica. Por ejemplo, el día 10 de cada mes. Si es posible y la entidad ofrece la opción, incluso ponerle nombre a esa cuenta: para que visualicemos emocionalmente que ese esfuerzo de ahorro que estamos haciendo ya está financiando nuestro futuro hogar.

¿De cuánto debería ser este auto-recibo? La más cercana al pago mensual que nos saldría en la hipoteca que tendríamos que contratar para adquirir la vivienda. Por ejemplo, para una hipoteca de 200.000 euros a 20 años, a tipo fijo del 1,5% TAE, la cuota rondaría los 950 euros.

Cuanto más se acerque a esa cantidad la cuota fija a ahorrar, mejor, aunque obviamente ya dependerá de cuánto puede ahorrar cada persona y si ya hay otros préstamos o tarjeta que complican acercarse a estas cifras. Lo más importante, dentro de las posibilidades, sería establecer una cantidad fija y programar la transferencia en modo automático todos los meses.

Además de preparar nuestro esfuerzo en las finanzas familiares para el momento de la hipoteca, el esfuerzo ahorrador iría haciéndose notar con el paso de los meses. Por ejemplo, cada año con este ahorro incrementaremos el dinero listo para la compra de la casa en 11.400 euros.
Hay que tener en cuenta que cuanto mayor sea el tamaño de esta auto-hipoteca mejor efecto tendrá a futuro para nuestras finanzas por una doble vía: por un lado, acumularemos una entrada mayor y se reducirá el volumen del crédito a pedir al banco en el futuro; y, por otro, menores intereses abonaremos en nuestras cuotas por la menor cantidad. Pero eso no es todo.

Para los que estén dispuestos a asumir algún riesgo e invertir con esos ahorros, este dinero podría generarle rentabilidad. Con lo cual, en vez de pagar intereses, ‘los recibiremos’ por nuestro dinero si conseguimos obtener ganancias.

Imaginemos una persona que ya tiene 5.000 euros ahorrados y calcula que podría meterse en la disciplina de ahorrar esos 950 euros cada mes, que podría ir incrementando en un 2% al año (porque le suben el sueldo, por ejemplo). Y decide invertir todos esos ahorros con un perfil de riesgo bajo (aunque sea reducido, también puede acarrear pérdidas). Si consiguiera una rentabilidad del 2%, a los 10 años reuniría una cantidad cercana a los 140.000 euros, de los que más de 13.000 serían rentabilidad.

Si, con un perfil de inversor medio, lograse una rentabilidad media anual para su dinero del 4,4%, el volumen acumulado pasada una década se situaría por encima de los 160.000 euros, de los que más de 30.000 serían rentabilidades. Y cuanto más tiempo pasara, mayor sería el impacto de la rentabilidad. Por ejemplo, a los 20 años, con un 4,4% de rentabilidad, la suma ascendería sobre los 400.000 euros, con unas plusvalías superiores a los 150.000 euros, gracias al efecto del interés compuesto.

Por supuesto, estas ganancias no están aseguradas, pero las utilizamos aquí para ilustrar el impacto que tendría ese ahorro sistemático y obtener rentabilidad por el dinero que vamos acumulando, que facilitaría el acceso a esa casa con la que soñamos y que ahora parece tan lejana. Si no tienes claro, qué nivel de riesgo deberías asumir y cómo empezar a invertir, un asesor financiero te podría ayudar.

Lo que admite pocas dudas es que cuanto antes empieces a montar tus propias cuotas hipotecarias, las inviertas o no, más cerca tendrás tu objetivo y menos intereses tendrás que pagar en el futuro al banco.

Qué casa me puedo permitir
Pero antes de que empieces a rastrear el mercado en busca de la casa perfecta a tus necesidades y aspiraciones, lo primero que debes hacer es saber qué vivienda te puedes permitir en función de tu situación financiera, familiar y laboral. Ese será el primer paso para delimitar tu presupuesto y tus opciones, así como la hipoteca que necesitas para adquirir el inmueble.

Y una manera sencilla de conseguirlo es a través de la herramienta online Qué casa te puedes permitir, con la que descubrirás en pocos segundos el tipo de vivienda y de hipoteca que más se adapta a tus circunstancias actuales.

Para ello solo tienes que introducir algunos datos relativos al área geográfica en la que te gustaría que estuviera la casa, si el objetivo de la compra es vivir en ella, destinarla a la inversión o convertirla en una segunda residencia, el ahorro inicial del que dispones y las condiciones en las que realizarías la compra. La herramienta analiza tus datos y te ofrece un resultado con el presupuesto al que puedes acceder. Es, en definitiva, una forma fácil y rápida para orientar la búsqueda de tu futuro nuevo hogar.

La importancia de comparar hipotecas

Además, antes de contratar una hipoteca, es indispensable llevar a cabo un proceso de comparación de hipotecas. Esto nos va a permitir seleccionar el producto que mejor se adapta a nuestras necesidades y condiciones particulares. De esta forma, se podrá contratar una hipoteca que no implique una tasa de endeudamiento tan alta para el comprador y, sobre todo, tanto riesgo a largo plazo.
www.idealista.com/news/finanzas/hipotecas/2021/06/09/790623-como-empezar-a-montarte-tu-propia-hipoteca-para-que-despues-te-cueste-menos
[volver a noticias]
 
GEVASA General de Valoraciones, S.A. – Paseo de la Ermita, 9 – 28023 Madrid – Tel.:  91 357 38 84 – 91 357 41 26